viernes, 1 de febrero de 2008

Amor con amor se paga

PERSONAJES.................ACTORES
ELLA................................Srta. Concepción Padilla
ÉL.....................................Sr. Enrique Guasp de Peris
La escena pasa en nuestros días.
ACTO ÚNICO
Salón elegantemente amueblado; puerta al fondo.


ELLA esperaba; ÉL entra.
ELLA.
Vino el caballero a punto.

ÉL.
Venir a punto era fuerza.


A caballeros las damas


Nos obligan, cuando ruegan.

ELLA.
Envidiáraos por cortés


La vieja corte francesa;


Pero ésa es prenda del hombre,


Y aunque es necesaria prenda,


En el asunto a que os llamo


He menester al poeta.

ÉL.
Pues qué, ¿poeta y hombre acaso


Serán dos cosas diversas?


¡Con nacer y con amar


Cuánta poesía está hecha!

ELLA.
(Con interés mal disimulado.) ¡Qué, amáis!

ÉL.
(Con intención.) ¡Sí, amo!

ELLA.
(Abandonando precipitadamente la idea.) Dejad


Inoportunas querellas


Que os distraerían

ÉL.
Y ¿a vos


No?

ELLA.
(Sonriendo.) Tal vez me distrajeran.


Es ello que necesito


Para hoy mismo una comedia.

ÉL.
Comedia, ¿y para hoy?... ¿Qué, acaso

Fénix renace el gran Vega,


O de los dos Calderones


Ha vuelto alguno a la tierra?


¿Y el enredo? ¿Y la enseñanza?


¿Y aquellas galas poéticas,


Blonda sutil del lenguaje


Que lo borda y hermosea?

ELLA.
No os pido cosa tan alta:


Quiero una obrilla modesta,


Juguete, ensayo, proverbio...

ÉL.
¡Facilidad como ella!

ELLA.
Sabéis que en casa, el teatro,


Por cierto, no es cosa nueva:


De moda han puesto mi casa


Para tertulias y fiestas,


Y yo amenizo las noches


Representando comedias.


Así las horas distraigo,


Y tal vez sencillas penas.


(Con malicia.) Y dolores de viudez


Que ya en mis años aquejan.

ÉL.
(Con calor.) ¿De viudez? Pues ¿cuándo sola


Pudo estar vuestra alma bella?


Alma habría que su encanto


Cifrara todo en la vuestra


¡Y para amaros en ellos


Más largos los días quisiera!

ELLA.
Dijérase que empezáis


A representar la pieza.

ÉL.
¡Tan buena y tan cruel!

ELLA.
Mirad,


Pensemos en la manera


De salir del caso grave.

ÉL.
Mas ¿cómo?

ELLA.
Un proverbio sea:


Sencillo.

ÉL.
La sencillez


La dificultad aumenta.


Ved que el talento de ser


Sencillo, es el que más cuesta.


Remedio no tiene el caso.

ELLA.
Este caso se remedia


Buscando título pronto


Al refrancillo, que apremia.


No la hagas...

ÉL.
A fe que es viejo.


No la hagas, y no la temas.


¡Cuán bien la Cayron reía


Con Reig en la escena aquella


en que de tonto y retonto


Con gracia tal le moteja,


Que ni el público la olvida,


Ni se repara la escena!

ELLA.
Del dicho...

ÉL.
Al hecho. No ha un mes


Hicimos la hermosa pieza,


Y lo que escribe Tamayo.


Ni rival sufre, ni enmienda.

ELLA.
A fe que tiene mi amigo


Imperdonable modestia.

ÉL.
Virtud es ella egoísta,


Y taimada como ella.


Han dado ya en olvidarla


De tan ingrata manera,


Que viene a ser vanidoso,


Sinónimo de poeta.


Así, quien se ve, y se mira,


Que en el mérito escasea,


Para valer algo, acoge


Lo que los demás desechan.

ELLA.
Yo necesito un proverbio.

ÉL.
Un proverbio da respuesta


A mi temor: Quien mucho habla...

ELLA.
Sé lo demás: mucho yerra.


Mas, ¿quién por cortés se tiene,


Y de galante se precia,


Y de una dama la súplica


Terco y airado desdeña?

ÉL.
¿Hidalgo yo y descortés,


Y vos mujer y no reina?


Sílbenme a coro en buen hora,


Y haya la crítica fiesta,


Y pasto de los cencerros


Mi pobre proverbio sea;


Que es harto buena mi obrilla


Con que una mujer la quiera.

ELLA.
¿Palabra?

ÉL.
Honrada y segura.


Ya son mis labios colmena


De refranes: ¡quién en ellos


Pusiera picante abeja,


Que en el público zumbase


Con enseñanzas amenas!

ELLA.
¿Ambiciosillo el modesto?

ÉL.
¿Quién de ambiciones no sueña,


Si las anima y las quiere


Niña gallarda y airosa,


Que el domingo en la Alameda


Galas de México luce,


Color prestada pasea,


Oyérame aquí la niña


Decir que Naturaleza


En las flores rojo puso,


Y en la faz la color fresca?


Y ¡cómo el novio pulido


De ella tuviera vergüenza,


Si al darla el beso primero


Que toda ventura encierra


En capa vil de pintura


Su beso de amores diera!


Doncellita primorosa


Que, colgando al cuello, ostentas


Perlas, que en vano pretenden


Copiar de tu boca perlas;


Guarda, guarda, doncellita,


Que el que de amor te querella,


Con prontos besos te robe


Del alma la color fresca...


(De prisa.) Y diera así a los galanes


Consejos para las bellas,


Y sátira al envidioso,


Y golpes a la pereza,


Y enseñanzas a mí mismo,


Y a todos plática diestra,


Blanda en la forma y prudente,


Y en el fondo, grave y recta.

ELLA.
Mas mi proverbio...

ÉL.
Ya apunta:


¡Dificultad sin clemencia!

ELLA.
Pensemos título: Antes


Que te cases mira...

ÉL.
¡Necia


Prevención del refrancillo!


Pues ¿hay ventura como esa


De haber amparo del llanto


En la noble esposa tierna;


Y haber dos almas, sin ser


Más que una, y sentir cuán bellas


Palabras nos fortalecen,


Y caricias nos consuelan?

ELLA.
¿De veras pensáis así?

ÉL.
Así lo pienso de veras.


Hombre incompleto es el hombre


Que en su estrecho ser se pliega


Y sobre la tierra madre


Su estéril vida pasea,


Sin besos que lo calienten


Ni brazos que lo protejan.


Ábrese el árbol en frutos


En plantas se abre la tierra;


Brotan del ramo las hojas;


Todo se ensancha y aumenta.


Y el hombre no es hombre, en tanto


Que en las entrañas inquietas


De la madre, el primer hijo


Palpitar de amor no sienta.


¡Proverbio necio a fe mía!


Otro refrán.

ELLA.
(Su nobleza,


El ánimo me cautiva,


Y la voluntad me prenda.)

EL
Otro refrán.

ELLA.
¿Otro? Mira


Con quién andas...

ÉL.
Es conseja


Harto vulgar.

ELLA.
El que a hierro


Mata

ÉL.
Por el hierro muera.


Vengativo es el proverbio,


Aunque bíblico: no sean


Mis palabras, mientras viva,


De venganza pregoneras.


Otro más.

ELLA.
El que con lobos


Anda

ÉL.
Se ha escrito.

ELLA.
El que espera

ÉL.
Desespera, según dicen.

ELLA.
(Con intención.) Mas si aguarda con nobleza


Amor que tarda en venir,


En bien de sí mismo espera... (Movimiento de él.)

ÉL.
(Precipitadamente.) Otro más cierto.

ELLA
¿De amores?

ÉL.
¿Quién diera cosa más bella?

ELLA.
Amor con amor se paga...

ÉL.
Pues ese proverbio sea.


Ingratas hay que lo olvidan,


Y torpes que lo desdeñan.

ELLA.
La probanza es menester:


Ánimos, pues, y a la empresa.

ÉL.
(¡Si me amara!)

ELLA.
(¡Si me amara!)

ÉL.
(¡Si entendiese!)

ELLA.
(¡Si entendiera!)

ÉL.
Presto, manos a la obra.

ELLA.
Al punto. ¿Cómo comienza?

ÉL
A fe que no doy con ello;


Mas no será cosa extrema:


Con esquiveces de dama


Y en el galán insistencias;


En él, valor y ternura,


En ella, gracia discreta;


Paréceme que el proverbio


Hacerse bien se pudiera.


¿En qué pensáis?

ELLA.
En el tiempo,


Que va de prisa, y apremia.


¿Decís que amor con amor...?

ÉL.
Se paga: ¡si es cosa hecha!

ELLA.
(Con intención.)


¿Tal es de cierto el proverbio?

ÉL.
¡Tal fuera la dicha cierta!


Mirad: pues que el tiempo apura,


Danme las mientes idea


Original y curiosa:


Habrá en la amante contienda


Galán que de amor requiebre,


Y dama esquiva y zahareña.


Haced vos lo de la dama,


Que os ha de cuadrar de veras:


Yo haré el galán: vos reñís,


Cosa para vos no nueva:


Insisto yo, os defendéis:


Vuelvo empeñoso a la tema,


Volvéis a las esquiveces,


Refuerzo yo la insistencia,


Y entre no quiero y sí quiero,


Vos donaire, yo destreza,


Haced que el amor despierte


Y ¡dejadme que yo os venza!

ELLA,
¡Que vais haciendo el proverbio!

ÉL.
Por hacerlo el alma diera:


¿Aceptáis?

ELLA.
Es cosa extraña...

ÉL.
Perdónese por lo nueva:


¿Os decidís?

ELLA.
Decidida.


¿Edades?

ÉL.
La mía y la vuestra

ELLA.
¿Época?

ÉL.
Hoy: los amores


No tienen más que una época.

ELLA.
¿Y nombres?

ÉL.
De dama, el vuestro:


Leonor, ¿qué cosa más bella?

ELLA.
Pensad que andamos de burlas.

ÉL.
Pues tanto valen las veras,


Dejad que de burla os llame,


Como sin burla os dijera.

ELLA.
Cortés estáis y discreto,


Mas no me place. Teresa


Llámese la ingrata altiva:


Julián vuestro nombre sea.

ÉL.
Ved que notaréis frialdades


Llamándoos a vos Teresa.

ELLA.
Es nombre de santa ilustre:


¿Aceptáis?

ÉL.
No haya querella.

ELLA.
Vos, Julián; Teresa, yo;


Princípiese aquí la escena.

(Arreglan los muebles, como preparando un escenario.)
ÉL.
Vos sentada; yo sentado.

ELLA.
Sube el telón: ya comienza.

ÉL.
Ved que os dejéis convencer. (Bajo.)

ELLA.
Ved que me llamo Teresa. (Idem.)

JULIÁN.
(Afectando tono dramático.)


Con ser tanta la verdad


De vuestra rara hermosura,


Mayor es mi desventura,


Y mayor mi soledad.


De roca os hizo en verdad


Vuestra buena madre el pecho:


¿Qué ley os dará derecho


para prendar hombre así?


Con amaros, ¡ay de mí!


¿Qué mal, señora, os he hecho?

ELLA.
(Interrumpiendo la escena, y volviendo a hurtadillas a lo natural. Bajo.)

A fe que os ponéis muy grave.

ÉL.
Ved que ha empezado la escena.

ELLA.
(¡Jesús con el don Julián!)

ÉL.
Tócale hablar a Teresa.

TERESA.
(Recobrando su tono de ficción.)


Triste os ponéis de repente:


Hacéis -¡soberbio papel!-


A maravilla el doncel


De don Enrique el Doliente.


Ved que no ha estado prudente


Vuestro triste corazón:


Yo sé que amar es razón,


A quien se ama, y ley muy justa:


Mas, si el galán no nos gusta,


¿Es amar obligación?

JUL.
No es de dama tan cortés


Respuesta tan enojosa:


Gala hacéis de donairosa,


Mas lujo de crueldad es.


Ved, señora, que después


De haber abierto la herida,


Tiene la mano homicida


Deber con la caridad,


Y es más bella la beldad


Cuando da a un muerto la vida.


Ved que en el viento las aves


Volando pasan a par:


Ved a las ondas cruzar


Rumorosas y suaves.


Ved que hasta las penas graves


Jamás, Teresa, andan solos:


Ved cuál se juntan las olas


En el correr de los ríos:


Ved, junto a troncos umbríos,


Amarse las amapolas.

TER.
A fe que de mi amador


Sospechar nunca pudiera


Que tan presto convirtiera


A Cupido en orador.


Mas faltan al trovador,


Para cautivarme, galas.


No son las endechas malas;


Pero yo nunca he podido


Imaginarme un Cupido


Con levi-sac y sin alas.

JUL.
A fe, señora, que tengo


Algo tan duro en los labios,


Que por no haceros agravios,


En el hablar me contengo.


Ved que a trovaros no vengo,


Ridículo trovador:


Ved que si vivo amador,


Y si os ensalzo poeta,


Quien se respeta, respeta


Un digno y honrado amor.


Alas me niega el gracejo


Que vuestros encantos roben;


Mas en cambio de amor joven,


Amor os tengo tan viejo,


Y tan probado y añejo,


Y tan recio en la porfía,


Que acaba, Teresa, el día


Para empezar uno nuevo,


Y ¡en el alma siempre llevo


Encendida el ansia mía!


Y es amor fuego tenaz (levantándose),


Y ansia y congoja tan fiera,


Que no hay, Teresa, manera


De que yo goce de paz.


Es pensamiento que audaz


Todo el pensar me domina,


Y sueño que me fascina,


Y encanto que me seduce,


Y estrella que me conduce,


Y ¡hasta sol que me ilumina!

TER.
Por sueño...

JUL.
¡El alma enamora!

TER.
Por encanto

JUL.
¡Azul parece!

TER.
Por estrella

JUL.
¡No anochece!

TER.
Y por sol

JUL.
¡Alumbra y dora!


Y tanto os amo, señora,


Por lo gallarda y lo bella,


Que hasta en la mísera huella


Que imprimís a vuestro paso,


Ve este amor en que me abraso


Sueño, encanto, sol y estrella.


Es que en el pecho han nacido,


Con pensamientos de amores,


Tantos sueños, tantas flores,


Tanto vigor comprimido,


Que al cabo en paz he vivido


Con la vida que me arredra:


Es que creciendo la yedra


Al tronco y muro se prende,


Y ¡en luz de amores enciende


Tronco, arbusto, sol y piedra!

TER.
Incendio vivo y fugaz


Pinta aquí vuestro amor ciego:


Si os lo extingue todo el fuego


Abrasador y voraz,


Restos para amarme en paz


Del fuego no habrán quedado,


Y ¿qué he de hacer, malhadado,


Si el fuego arrecia y atiza,


Con un galán Don Ceniza


Consumido y chamuscado?

JUL.
Verdad es ella, que el fuego


De vuestros ojos me abrasa,


Y todo prende y arrasa


La antorcha del amor ciego;


Pero es lo cierto que luego,


Fénix, renace el amor,


Y de un campo sin verdor


Hace un raudal de fortuna,


Y de un sepulcro, una cuna,


Y ¡de una piedra, una flor!


Es fama que a un cementerio


Llegó un sabio cierto día,


Afirmando que no había


Tras de la tumba, misterio.


Un ser blanco, vago y serio,


A la tumba se acercó:


«Amor, amor» pronunció


Con triste voz quejumbrosa,


Y al punto alzóse la losa,


Y el muerto resucitó.

TER.
Quedar debió el sabio inquieto,


Porque así yo me quedara,


Si me hubiera cara a cara


Con un galán esqueleto.


Vuestras historias respeto;


Pero pensad, Don Julián,


Que si tan tétricas van,


De buscar habré un conjuro,


Porque ya pone en apuro


Tanto hueso por galán.


Amador como el doncel,


Prendado de su misterio,


Trae consigo un cementerio


Para prendarme con él.


Y no le basta al cruel:


Para decir que me ama,


Fuego doquiera derrama


Por donde el paso detiene,


Y cuando a verme se viene,


Viene convertido en llama.

JUL.
(Toda esta décima, avanzando él y retrocediendo ella.)

¡Ved que es instante supremo


Este, en que de mí os burláis!

TER.
¡Ved que ardéis, y me quemáis!

JUL.
¡Ved morir!

TER.
¡Ved que me quemo!

JUL.
¡Morir de desdichas temo!

TER.
¡Pensara yo que de arder!

JUL.
¡Miradme ya estremecer!

TER.
¡Miradme casi quemando!

JUL.
¡Vedme de amor expirando!

TER.
¡Vedme de miedo correr!

ÉL.
(Cambiando bruscamente de tono.)

¡No más, Leonor!

ELLA.
(Como no queriendo entender.)

¿Qué Leonor?


Vos Julián, y yo Teresa.

ÉL.
La comedia el fuego aviva:


Acabe aquí la comedia:


Yo os amo: en vano es que calle


Lo que ni a vos avergüenza,


Ni a mí me da más que honra,


Ni a vos más que dichas diera.


Mirad: con ser vos quien sois,


Y con ser, Leonor, tan bella,


Lo que de vos amo menos


Es vuestra altiva belleza.


¡Hay algo en vos que os envuelve,


Algo extraño que os rodea,


Algo puro que os bendice,


Y de vos hasta mí llega,


Y en el alma se me esconde


Y en frente y labios me besa!

(Ella hace movimientos para hablar.)

Callad: porque os tengo en tanto,


Leonor amada, que es fuerza


Que penséis lo que digáis


Porque yo en menos no os tenga.


Antes me enojan que vencen


Ridículas resistencias,


En quien de amores se abrasa


Y sus amores nos niega.


Decidme lo que pensáis


Presto; ¡Mas, por Dios, no sea


Nada, Leonor, que lastime


El corazón que os venera,


Y que con cada latido


En frente y labios os besa!

ELLA.
(Adelantándose sola hacia un lado del proscenio.)

Público: suceso grave.


¿Cómo negarle podré


Todo mi amor, cuando sé


Que lo conoce y lo sabe?


Mándame aquí la costumbre,


Con las mujeres impía,


Que el amor del alma mía


Ni conozca, ni vislumbre;


Pero si está el corazón


Saltándoseme a los labios,


¿Cómo puede haber agravios


En las que verdades son?


Yo sé que el pecho amoroso


Lugar para este hombre guarda,


Y sé que mi amor lo aguarda


Por noble y por generoso.


¿Por qué si un amor honrado


Estoy sintiendo en el pecho,


No he de tener yo derecho


A decir que lo he engendrado?


¿Por qué, con tanto rigor,


Cuando a un casto bien se aspira,


Ha de ser la vil mentira


Forma fatal del pudor?

ÉL.
(En el otro extremo de la escena.)

¡Leonor, Leonor de mi vida,


Cómo más presto me hablaras,


Si mis angustias miraras


en el alma estremecida!


No es un vago devaneo


Ni pasajero amorío:


¡Es que este pobre ser mío


Prendido en tus labios veo!


Viví: con decir que vivo


Muchos recuerdos se dicen,


Que en el cobarde maldicen


Y esperan en el altivo.


Amé: con decir que llevo


En el corazón amores,


Digo que el ser de dolores


Se ha trocado en un ser nuevo.


¡Nada es azul en la vida,


Oh mortal, de lo que ves,


Si no miras al través


De una mujer bien querida!


Nada ¡oh mortal! es el hombre


Que sin mujer va en la tierra,


Y sin el hijo que encierra


Orgullo y germen de un nombre.


¡Leonor, mi amada Leonor,


Cómo más presto me hablaras,


Si en el alma me miraras


El lago azul de tu amor!

(Cada uno conserva su puesto en un lado de la escena.)
ELLA.
¿Cómo decirlo y callarlo?

ÉL.
(Tendiendo a ella las manos.) ¡Leonor, Leonor!

ELLA.
(Siempre al público.) Si es honesta


Afición la que me mueve,


Si me cautivan sus prendas,


Si es en la forma cortés


Y anida en su alma grandezas


Y lo amo, porque lo estimo,


Que sólo alcanza completas


Venturanzas el amor


Que en la estimación comienza,


¿A qué mi temor, y el fuego


Que en las mejillas me quema,


Si tengo, al par que en el alma,


Claridad en la conciencia?

ÉL.
Luchan amor y pudor


En esa alma limpia y bella,


En quien los años no extinguen


Las blancas flores primeras.


¡Aguarda, aguarda, amor mío:


Que detienen sus promesas


Timideces de mujer


Que el valor de amor aumentan!

(Los dos adelantándose a un tiempo.)
ELLA.
¡Julián!...

ÉL.
¡Leonor!

ELLA.
(Turbada.) Yo no sé

ÉL.
¡Palabra que tanto cuestas,


Si honrada en el alma naces,


Presto, presto al labio vengas!

ELLA.
¡Te amo, te amo!

ÉL.
(Con transporte.) No tienen


Todas las humanas lenguas,


Ni las aves en los bosques,


Ni las brisas en las selvas,


Ni la tórtola nocturna


De quejumbrosas cadencias,


Conjunto tal de armonías,


De espacios divinos prenda:


Que luego de haber oído


«¡Te amo!» de tu boca bella,


Hay más azul en el cielo,


hay más calor en la tierra,


Y el aire un beso, otro beso,


Onda tras onda se lleva.

ELLA.
(Como dudando.) ¿Amor firme?

ÉL.
Nunca mueren


Estos cariños que empiezan


Con suave calma, que luego


Respeto y tiempo alimentan,


Y son del cuerpo sostén,


Más que deleitosa presa.


Estima, calma, respeto,


Unión en lo que se piensa,


Confusión de vida y vida,


¿Cómo es posible que mueran


Si uno en el otro se apoyan


Y con dos vidas alientan?

ELLA.
¿Y el proverbio?

ÉL
No de burlas


Lo digas: antes de veras


Afirma que lo hemos hecho.


Pues ¿dónde hay mejor comedia


Que el corazón de los hombres


Y de mujer las ternezas?

ELLA.
La noche llega.

ÉL
En el teatro


Repetiremos la escena.

ELLA.
Y ¿quién de silbarte habrá


Que ame, espere, sufra y sienta?


Mas, ¿qué papel en tu pecho


Muestra la frente indiscreta?


¿Papel de amor?

ÉL.
(Sacándole.) De congoja


Es muy probable que sea.


Míralo tú.

ELLA.
¡Del autor!...

ÉL.
(Como quitándoselo.) ¡Osadía como ésta!


Pero no habrá de leerse.


Dame.


No. Cumplir es fuerza


Su voluntad: «Al buen público.»


Dice así: «Carta modesta:


Juguete es éste sencillo


Hecho al correr de la pluma


En un instante de suma


Pereza. El alma sin brillo


Está de quien lo escribió:


Cuando sin patria se vive,


Ni luz del sol se recibe,


Ni vida el alma gozó.


Vino Guas: quiso tener


Piececilla baladí,


Por darte, público, a ti


Algo agradable que ver.


Por la mañana encargó,


Y ¿se pensó en la mañana;


Más frívola que galana,


Por la tarde se acabó.


Hízose así, tan de prisa,


Y apenas solicitada,


De tal manera, que nada


Puede excitar más que risa.


Mas piensa, público amigo,


Que cuando el alma se espanta


Y se tiene en la garganta


Fiero dogal por testigo,


La inteligencia se abrasa


Y el alma se empequeñece,


Y cuanto escribe parece


Obra mezquina y escasa.


En este juguete mira


Caprichosa distracción


De un mísero corazón,


Que por hallarse suspira.


Siente, ama, estima, perdona


Con tu natural bondad:


Si es malo, la voluntad


De actor y poeta lo abona.


Nada mejor puede dar


Quien sin patria en que vivir,


Ni mujer por quien morir,


Ni soberbia que tentar,


Sufre, y vacila, y se halaga


Imaginando que al menos


Entre los públicos buenos


Amor con amor se paga.»

TELÓN

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